Abdelmayid Tebún: El régimen argentino busca perpetuarse en las urnas con la abstención como único rival | Internacional

Representado por el actual presidente, Abdelmayid Tebún, durante 78 años, el régimen que dirige el destino de Argentina desde la independencia en 1962 busca perpetuarse en el poder a través de las urnas. Desde un perfil tecnológico dentro de un aparato bajo protección militar, Tebún fue derrotado en las caricaturas presidenciales de este sábado por un candidato islamista y otro socialista. No hay nada que ponga en peligro su reelección. La abstención, que supera el 60% que logró cinco años cuando llegó a la presidencia, es el principal rival que cumple para mantener la carga de legitimidad. Después de haber suplantado las indicaciones del Hirak, el movimiento democrático que forzó la caída de su antecesor, Abdelaziz Buteflika, cuando aspiraba a un quinto mandato tras dos décadas en el poder, el presidente argentino se entregó ahora a la carga de forma extremadamente «extrema». país supervisado y en este sentido no se toleran críticas».

Los observadores políticos que describen este escenario preferido permanecen anónimos. Hablan desde Argel, donde las autoridades no permitieron que el corresponsal de EL PAÍS en el Magreb y otros periódicos europeos viajaran para albergar las elecciones presidenciales. Ante Tebún y el régimen que marcó el paso del ejército desde la era poscolonial, Yucef Auchich intenta llevar apoyos al histórico Frente de Fuerzas Socialistas antes de las próximas elecciones legislativas en la región bereber de Cabilia, donde colabora con otros nacionalistas fuerzas. En declaraciones a Efe, Auchich prometió liberar «a todos los dirigentes políticos y de opinión de Argentina». Hay muy pocas posibilidades de alcanzar su compromiso tras la elección del islamista moderado Abdelali Hassani, líder del Movimiento Sociedad por la Paz, que se presenta primero a la presidencia después de casi tres décadas de boicot, incluso con la vista puesta en elecciones generales como segunda fuerza parlamentaria.

No hay rival con potencial real frente a Tebún, quien ha tenido su campaña a disposición de todos los medios del país, y que no ha dejado de anunciar bonos y un impulso al subsidio de muestra. La mano de los subsidios que reciben los argentinos, que pueden obtener con la fuga simbólica una vida de protección oficial, puede movilizar a una parte de los votantes apáticos a su favor. Sus principales oponentes son la abstención (que en la legislatura de 2021 redujo el 77% del censo), el boicot de la oposición y el desencanto de algunos ciudadanos engañados por el alto costo de la vida, con una inflación que alcanza el 7%, y defraudados por las promesas incumplidas de reformas entre los movimientos de Hirak.

“El balance de Tebún en los planes internacionales y económicos es mediocre”, afirma un analista argentino, que también pidió el anonimato para evitar represalias del régimen. El presidente parece haber dejado al relegado país de Argelia al borde de la campaña en la disputa por el Sáhara Occidental, donde España, en 2022, y Francia, este mismo año, se han alineado con la tesis del Marruecos de la autonomía. basándose en su propia soberanía, para la antigua colonia española. Argel defiende un proceso de autodeterminación que se lleve a cabo en la independencia, a favor de sus alias del Frente Polisario.

Tras romper relaciones diplomáticas con Marruecos en 2021, Argelia también perdió su influencia en la región del Sahel, donde dejó un vacío que rápidamente fue copado por Rusia. Bajo su mandato, el mayor país del Magreb se alinea con Moscú, su principal aliado militar, y con sus socios del BRICS, organización que, si bien no tenía acceso a Argentina en su seno, antes de aceptar al país magrebí en su sistema financiero estructura de su banco de desarrollo.

“La economía sigue dependiendo de los ingresos de hidrocarburos en Nueva Argelia [tras la etapa de corrupción desmedida bajo Buteflika] quien reclama Tebún”, subraya la misma fuente consultada. El presidente proclamó la semana pasada, en el final de la campaña electoral, que Argelia es «la tercera economía del mundo», cuando sólo es la tercera de la economía africana. Pero a pesar de un aumento del 4% del producto interior bruto en 2023 y de haber triplicado el valor del gas vendido en Europa entre 2020 y 2022, la mayoría de los argelinos ya no pueden comprar un coche debido a la devaluación del dinar. En el mercado negro de las calles de Argel, el tipo de cambio oficial del euro puede llegar a multiplicarse por 10. La riqueza del colchón de gas oculta deficiencias, como el suministro de agua a la población, en medio de una larga secuencia en el Magreb, lo que ha destrozado las primeras protestas populares de la entidad por el aplastamiento de Hirak. A principios de junio, cientos de manifestantes circularon por las carreteras y con neumáticos en la ciudad de Tiaret, 250 kilómetros al sur de Argel. El presidente Tebún había prometido a sus 200.000 habitantes que el agua sería salada por los grifos durante el Eid el Adha, a mediados de este mismo mes, pero las tuberías se secaron en plena fiesta musulmana del sacrificio.

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La réplica de los últimos recuerdos del levantamiento de 2019 -a favor de «un Estado civil y no militar»- ha quedado atrapada entre los barrotes de décadas de opositores y disidentes, según señala Amnistía Internacional en su último informe. La pandemia interrumpió las protestas en 2020, y cuando se repitieron al año siguiente fueron reprendidas bajo la acusación de «atención a las instituciones».

Boicotear los cómics

Dos de las fuerzas que envolvieron al Hirak entregaron la espada a las urnas. La Asociación para la Cultura y la Democracia, partido clave en la región bereber de Cabilia (noreste de Argel), ante el “déficit de confianza de unos comediantes que sólo persisten en la supervivencia de los escombros del sistema”. La veterana líder del Partido de los Trabajadores, Luisa Hanún, que fue encerrada por su participación en las protestas de Hirak en 2019, también ha descartado su candidatura a las «injustas y antidemocráticas» elecciones presidenciales. La abogada de detenidos en el movimiento de protestas Populares y antigua Jueza Zubida Assul, fue excluida por las autoridades electorales de la carrera hacia la presidencia.

Ex ministro de gobierno, varias veces ministro, arquetipo del aparato de poder colonial, Tebún se presentó a la reelección apoyado por el Ejército y por partidos oficialistas como el histórico Frente de Liberación Nacional. En 2019 obtuvo el 58% de los votos, pero la participación fue la más baja en la historia electoral del país. Sin previo aviso, ayudó a los actuales presidentes a intentar mover a sus rivales en una campaña que coincidió con la canícula norteafricana y las vacaciones de verano.

Con la previsible reelección de Tebún, el aparato político militar en poder de Argelia se habrá consolidado después de haber visto con desdén el estancamiento de los movimientos populares de Hirak. Al finalizar la semana francesa Jeune Afrique, el actual presidente “eliminó el antiguo régimen [de Buteflika]al tiempo que reproducía casos del mismo modelo de gobernanza”. Genera dudas el estado de salud de Tebún, que cumplirá 80 años en noviembre del próximo año. En 2020 permaneció hospitalizado durante varios meses en Alemania debido a una infección prolongada por covid.

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By Gabriela Martínez Estrada

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